La Diputación de Girona ha ejecutado la compra, y la Generalitat, a través del Departamento de Territorio y Sostenibilidad, ha subvencionado la mitad del importe. La gestión del cráter queda a cargo del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, que realizará actuaciones inmediatas para garantizar la fisonomía característica del volcán y evitar la erosión.
 
El consejero de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet, y el presidente de la Diputación de Girona, Pere Vila, han explicado este viernes los detalles de la adquisición pública de la finca correspondiente al cráter de Santa Margarida, ubicado en Santa Pau (Garrotxa), dentro del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. La Diputación de Girona se ha hecho cargo de la compra por un importe de 1,16 millones de euros, de los que la Generalitat asume la mitad (580.000 euros) a través de una subvención a la Diputación que, a la vez, cederá la gestión al equipo del Parque Natural.
 
Para Calvet, "con esta compra juntamos la identidad y el progreso del país". El consejero ha remarcado que "la perseverancia ha permitido culminar el proceso y preservar este espacio natural". Vila ha querido poner en valor la importancia de la adquisición explicando que "las Administraciones estamos para ayudar a las personas, el país y su patrimonio". Ambos han coincidido en destacar "el consenso que ha habido en todo momento con los antiguos propietarios".

Valor ambiental, social y económico

De este modo, la finca, de unas 12 hectáreas de superficie, ha pasado a ser de titularidad pública, añadiéndose a una de adyacente, de 17 hectáreas, que ya era de la Generalitat. En total, 29 hectáreas del volcán, contando el cráter y la finca El Roure, situada en el lado sur del cono, son públicas, 33 si se tienen en cuenta los caminos del Ayuntamiento de Santa Pau y, por tanto, representan el 19,4% de la reserva natural del volcán -de 170 hectáreas y 16 propietarios-. Con la compra queda garantizada la gestión pública de los tres polos de atracción del Parque Natural: Santa Margarida, el Croscat y la Fageda d'en Jordà.
 
La oportunidad de la adquisición se planteó el año 2014, cuando los antiguos propietarios manifestaron la intención de vender la finca, pero con la voluntad de hacerlo a la Administración en primera instancia, conscientes de su valor y singularidad . Atendiendo al ámbito de la reserva natural, a su necesidad de conservación y la excepcionalidad del elemento, de alto interés paisajístico, dentro de la zona volcánica, la Generalitat y la Diputación han estado de acuerdo en la importancia de colaborar para que finalmente la finca sea propiedad pública. Existe un claro consenso en torno al valor único del volcán de Santa Margarida, y especialmente en lo que aporta, tanto desde el punto de vista ambiental como social y económico, cuestiones que conducen a una clara justificación de que este bien quede a disposición y en beneficio de toda la ciudadanía.

Actuaciones inmediatas

En el volcán Santa Margarida, el Parque Natural se plantea, a corto plazo, iniciar las tareas de corrección de la erosión del terreno en los caminos de acceso al cono y ordenar los accesos. También hará un desbroce de la vegetación para recuperar los prados de pasto y preservar la distribución tradicional de usos que da lugar a la fisonomía característica del volcán. En cuanto a la casa de la finca, se hará un mantenimiento y se ejecutarán las reparaciones más urgentes, aunque en un futuro se plantea situar un mirador o punto de observación del cráter. La ermita de Santa Margarida, del siglo XI, continuará en manos del Bisbat de Girona.

Un volcán emblemático

La zona volcánica de la Garrotxa forma parte de un conjunto geológico que constituye el paisaje volcánico mejor conservado de la Península Ibérica. Además, dispone de una vegetación rica y exuberante, producida por una climatología singular, que le otorga unos valores complementarios de naturaleza extraordinarios que siempre han sido reconocidos. En su interior existen 28 reservas naturales parciales (1.180 hectáreas) protegidas por su interés geológico y botánico que preservan, de forma mayoritaria, los conos volcánicos de mayor interés geomorfológico. Una de estas reservas naturales es el volcán de Santa Margarida, de tipo freatomagmático, del cual destaca la morfología circular del cráter, muy poco habitual en el volcanes de la zona, con unos 350 metros de diámetro y unos 70 metros de profundidad. En el centro del cráter se encuentra la ermita, de origen románico, muy modificada posteriormente. Todo ello conforma una imagen que hace del Santa Margarida, junto con el Croscat, uno de los volcanes más emblemáticos y conocidos.