Justo en el límite de la Garrotxa encontramos algunos paisajes espectaculares y pueblos de gran belleza que, a pesar de estar fuera de los límites administrativos de la Garrotxa, merecen igualmente una visita.
Beget
Un pueblo pintoresco y encantador, un auténtico monumento arquitectónico situado en la Alta Garrotxa , pero que desde 1969 pertenece al municipio de Camprodon. Sus casas y calles de piedra están escalonados sobre el río, atravesado por dos puentes medievales .
La estampa de Beget es la iglesia de San Cristòfol, una de las construcciones románicas del Pre-Pirineo más bonitas de la zona.
En su interior se puede contemplar la Majestad, una talla de madera policromada de gran tamaño que ha conservado intacta desde el siglo XII.
Se puede acceder desde Oix a través de una pista forestal asfaltada, o a pie siguiendo los senderos de Itinerànnia.
Más información turística de Beget.
Banyoles
A 15 minutos de Mieres encontramos Banyoles, la capital de la comarca del Pla de l'Estany, una población pinoresca por su lago, el más grande de Catalunya, que se nutre -él y toda su cuenca lacustre- de las aguas subterráneas que provienen de la Alta Garrotxa.
Banyoles también destaca por su oferta de actividades deportivas y de ocio, estrechamente vinculadas al lago.
Más informacinó turística de Banyoles.
Rupit y Pruit
Rupit y Pruit es un municipio formado por dos pueblos que conservan todo su encanto medieval y que constituyen parte del paisaje típico del Collsacabra .
Al sur de Rupit encontramos parte del acantilado del Collsacabra y origen de la villa de Rupit donde se encuentra una vista espectacular de las Guilleries, el Montseny y los riscos vecinos (de Tavertet, el Montseny y el Far) . En esta zona se encuentra la iglesia románica de Sant Joan de Fàbregues, el Salt del Sallent (homónimo con el de la Vall d'en Bas), y la Agullola, el monumento natural visible desde toda la risco.
Al norte, en las tierras de Pruit, de prados y colinas, la vista se extiende por sobre la Vall d'en Bas. Desde aquí mismo se pueden tomar caminos antiguos, como el Camino Real y el GR -2, que nos llevan por atajos de piedra del siglo XV hacia Olot y Francia.
