La villa de Besalú está situada en un importante y tradicional cruce de caminos al este de la Garrotxa. Bisuldunum, su nombre original, era una fortaleza entre dos ríos: el Fluvià, al sur y el Capellades, al norte.
Besalú fue sede de un importante condado independiente. Cuenta con un conjunto histórico-artístico medieval considerado como uno de los más bien conservados de Catalunya. Forman parte de este conjunto la antigua iglesia del monasterio de Sant Pere del siglo XII, de la que destaca la originalidad de su deambulatorio; la iglesia de Sant Vicenç del siglo XII, donde se conserva una capilla gótica lateral dedicada a la Vera Cruz; la fachada de la antigua iglesia hospital de Sant Julià del siglo XII; la casa de Cornellà, monumento románico del siglo XII y la sala gótica de la Cúria Real. Destaca toda la judería, y en especial el Miqvé.
El Miqvé o casa de baños rituales de Besalú es, junto con el de Girona, el único rencinto de baños judíos descubierto hasta ahora en la Península Ibérica. Se trata de una casa de piedra con bóveda de cañón, típicamente románica, del siglo XII.
El majestuoso puente románico sobre el río Fluvià es otro de los vestigios del Condado de Besalú, que junto con el de Barcelona, Ripoll y el de Girona, vio el nacimiento de la nación catalana. No sólo por los monumentos se tiene que valorar Besalú, sino también por el aire medieval que ofrecen sus calles llenas de recuerdos.
La oficina de turismo dispone de audio-guías con audio descripción para personas con dificultades visuales. Además avisa de los posibles obstáculos que se pueden encontrar durante el recorrido.