El itinerario comienza en el aparcamiento del puente de Santa Pau. Vamos hacia el centro del pueblo y salimos por la calle de las Cases Velles. Bajamos por los huertos hasta el puente de Instints. Pasamos por debajo Can Pujol y Can Bellaguarda. Aquí encontramos una pista y un sendero a la izquierda y vamos a salir a Santa María de los Arcos. El itinerario atraviesa el campo de fútbol (aparcamiento de autobuses) y sale a una carretera. En pocos metros gira a la derecha bordeando el robledal de Can Pratdavall. Pasado el mas un sendero a la derecha nos lleva al cuello de Can Rosta.
Llegando a la casa de payés hay bordearla por detrás y salir a una pista que nos acercará a Can Esparragueres (donde podemos observar encinas monumentales). Llegamos a la carretera de Mieres, cruzamos el puente y giramos a la izquierda por una pequeña pista. Pasamos una fuente y bordeamos el río hasta una pasarela, la cruzamos y subimos hacia Sant vicenç de Sallent. Pasamos por detrás de la iglesia y salimos a la carretera.
Encontramos la entrada de la finca Rocacorba y seguimos la calle que nos bajará hasta un puente. El itinerario sigue por un sendero a la izquierda del puente (tramo compartido con el GR-2) que pasa por debajo Can Batlle y hasta el salto del mismo nombre. Subimos por el camino real y pasado Can Formiga podemos ver la piedra del Diable en un prado a nuestra derecha. El camino vuelve a atravesar el río, vamos encontrando fuentes hasta el cruce de Sant Martí Vell. Aquí tenemos la opción de seguir recta o girar a la derecha para subir a la ermita. Volvemos a cruzar el río y subimos en dirección a Santa Pau llegando a la carretera de Mieres. Vale la pena (a pesar de ser circular) hacerlo en este sentido para evitar el desnivel.
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