Las revueltas remensas ocuparon durante el siglo XV parte de la Garrotxa.
El alzamiento de los campesinos contra los señores para abolir los malos usos ha dejado huella en la comarca donde se levanta la que, según Vicens Vives, es la “más insigne fortaleza de la defensa remensa de montaña”. El castillo de Hostoles es el monumento principal y de referencia de la revuelta que encabezó Francesc de Verntallat, nacido en la villa del Mallol. Los valles de Bas y de Hostoles, además de Santa Pau, son los lugares que os proponemos visitar en este camino de los remensas hacia la liberación.
La Vall d’en Bas es el inicio de la ruta por el legado remensa de la Garrotxa. En concreto la villa del Mallol, que antiguamente fue residencia de los vizcondes d’en Bas. Asentado sobre la más vistosa de las colinas del valle, el Mallol conserva la casa del Veguer, la prisión o casa del Notario y la masía donde nació el líder remensa Francesc de Verntallat. Una placa rememora el nacimiento y estancia de Verntallat en el Mallol, a quien también se ha dedicado el monumento que da entrada a Els Hostalets.
En Sant Feliu de Pallerols, la siguiente parada de nuestra ruta, también existe un recuerdo al líder remensa. Os tendréis que dirigir al núcleo antiguo (la antigua sagrera) donde encontraréis la casa donde murió Francesc de Verntallat. De este conjunto arquitectónico también podéis visitar el molino de la Conqueta, donde trabajaban sin descanso los campesinos remensas que decidieron sublevarse contra las imposiciones abusivas de los señores feudales. Dentro del término municipal de Sant Feliu de Pallerols se alza el Castillo de Hostoles, la principal fortificación del valle y uno de los principales focos del feudalismo. Francesc de Verntallat convirtió el castillo –hoy en ruinas– en el cuartel general durante la primera revuelta de los campesinos y, de hecho, continuó en manos de los remensas hasta después de la Sentencia Arbitral de Guadalupe. De la efervescencia de este pasado quedan los restos de la muralla, parte de la torre maestra cilíndrica y la cisterna de este símbolo de la historia del valle y de Cataluña, que está documentado ya el año 1020.
El castillo de Hostoles junto con el de Puig-alder y Colltort formaban la línea divisoria entre los condados de Besalú y Girona. Situado en el término municipal de les Planes d’Hostoles, el castillo de Puig-alder aparece el año 1020 en el testamento de Bernat Tallaferro y el 1184 ya tenía una iglesia dedicada a Sant Salvador. La ermita, recuperada hace pocos años, dispone de un pequeño refugio de montaña y unas panorámicas espléndidas sobre el valle del Vallac o de Bastons.
También gozaréis de una visión privilegiada si os acercáis a las ruinas del castillo de Colltort. Documentado desde el año 1017 y actualmente en estado ruinoso, nos indicará el camino hacia Santa Pau, otro de los municipios de la Garrotxa donde también dejaron huella las revueltas remensas.
No te lo pierdas
·La prisión del Mallol, el castillo de Colltort, la Cellera y la Segrera de Sant Feliu de Pallerols, y todo el núcleo antiguo del pueblo, así como el monumento a Francesc de Verntallat, situado donde residió los últimos años de su vida, delante mismo del Molí de la Conqueta.