Las principales muestras de arte modernista y noucentista de la Garrotxa se concentran en Olot.
Y es que el Modernismo tuvo una fuerte influencia sobre la arquitectura urbana de Olot. Alfred de Paluzie, Josep Azemar, Lluis Domènech y Montaner o el escultor Miquel Blay, dejaron su huella en diversos edificios como la casa Mas Collellmir, la Pastelería Ferrer, Can Noguer, la casa Pujador, la casa Escubós, la portalada lateral de la iglesia de Sant Esteve, la casa Gaietà Vila, la casa Solà Morales, la casa Riera, la casa Gassiot, la casa Sibidí, la casa Masllorens y la torre Pons i Tusquets. A nivel escultórico, "La Lectura" es la pieza más destacada.
El Firal de Olot concentra dos de las obras modernistas más destacadas de Olot. En uno de sus laterales se levanta la Casa Solà Morales, que desde el 2000 forma parte de la Ruta Europea del modernismo. Los motivos vegetales predominan en la fachada que renovó Lluís Domènech i Montaner entre los años 1913 y 1916. Una galería con doce columnas decoradas y el alero de cerámica de Valencia además de dos cariátides, obra del escultor Eusebi Arnau, acaban de decorar la vivienda des de la cual también se puede contemplar otro ejemplo del Modernismo: la Casa Gaietà Vila. Situada al fondo del Firal, es otro de los edificios que más llaman la atención en el centro de Olot. Alfred Paluzie fue el arquitecto de esta casa que también contiene elementos medievales, como por ejemplo unas almenas que coronan el edificio.
La ruta puede acabar con una visita al Museo de la Garrotxa, donde se muestran diversas obras modernistas, como la colección de carteles del concurso de los Cigarrillos París, de Ramon Casas, o las esculturas modernistas y noucentistas de Miquel Blay y Josep Clarà.
También son creaciones modernistas la Casa Pujador, la Casa Gassiot o la Masramon, obra (esta útlima) del arquitecto Rafel Masó, quien también proyectó el Mas la Riba en Hostalnou de la Vall de Bianya. En esta última localidad también son modernistas el altar y la portalada de la iglesia románica de Sant Salvador de Bianya y la casa de la Coromina.
El Modernismo también dejó huella en el valle de Hostoles. En Sant Feliu de Pallerols está Can Casas. Las vidrieras de colores, las cerámicas pintadas y los trabajos de madera y la forja nos recuerdan que este edificio, hoy reconvertido en farmacia, fue construido a principios del siglo XX dentro del modernismo tardío. En el municipio vecino, les Planes d’Hostoles, uno de los primeros edificios modernistas que encontraréis son las actuales escuelas, inauguradas en 1918. Se levantan al lado izquierdo de la carretera de entrada al pueblo desde Sant Feliu, y una de las particularidades de su fachada es que mantiene los carteles que diferenciaban el acceso al centro de los niños y de las niñas. En el mismo lado de la carretera, unos metros más abajo, encontraréis Can Garay de 1906 (que con motivo del centenario de su edificación se ha convertido en un pequeño hotel que conserva los aires modernistas). En la salida de les Planes d’Hostoles, en dirección a Girona, se encuentra la Torre Dusol, construida entre 1920 y 1922. Otros edificios con trazos modernistas son Can Cadet y Can Noguer.