Sant Pere y Sant Vicenç de Besalú

Sant Pere de Besalú y Sant Vicenç de Besalú son dos templos románicos de alto interés histórico y arquitectónico, que se encuentran situados en el centro histórico de la villa condal de Besalú.

El monasterio de Sant Pere fue fundado en el año 977 por el conde Obispo Miró y consagrado el año 1003 por el conde Bernat I, conocido con el apodo de Tallaferro. En el monasterio vivía una comunidad benedictina formada por doce monjes. Pero con la muerte del conde Tallaferro, en 1020, comenzó la decadencia del condado que culminó el 1111 con su desaparición. A partir de entonces el abad del monasterio se convirtió en la primera autoridad de la población, lo que le supuso disfrutar de una gran influencia política durante los siglos XII y XIII.

Esta iglesia tiene la peculiaridad de tener un deambulatorio, paso exclusivo de peregrinos en la época medieval, que tenía el objetivo de facilitar el tránsito a los fieles por el interior de los templos, sin interrumpir las celebraciones que se pudieran estar haciendo simultáneamente. En esta época, la peregrinación a la ciudad era muy importante, por lo que muy cerca del monasterio está el antiguo hospital de Sant Julià, que precisamente era el lugar de estancia de los peregrinos. Sobre las columnas del deambulatorio destacan ocho capiteles con escenas bíblicas.

Por su parte, la iglesia de Sant Vicenç podría ser la primera iglesia construida en el municipio, ya que es citada entre las donaciones que el conde-obispo Miró hace al monasterio de Sant Genís y Sant Miquel en 977.

El templo tiene planta basilical con tres naves, crucero y tres ábsides semicirculares. La nave central es más alta que las laterales y está cubierta con bóveda de cañón ligeramente apuntada. Las laterales, en cambio, tienen bóveda de cuarto de círculo. Destaca la fachada principal con un ventanal gótico con rosetón y vitrales. A una de las paredes laterales se puede ver la imponente, y muy bien conservada, portada románica de Sant Rafel. En el interior acoge la tumba gótica de Pere de Rovira que, en el siglo XV, llevó las reliquias del mártir Sant Vicenç.

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