La Vall de Bas es un extenso municipio situado al sur de la Garrotxa. Todo él conforma una unidad geográfica y paisajística, con la gran llanura de Bas en primer término, y la Cordillera Transversal de fondo.
Esparcidos por la llanura, una de las más fértiles de Catalunya, hay siete pueblos con un encanto muy singular, dos de los cuales están catalogados como conjuntos históricos-artísticos: la villa del Mallol, ubicada sobre una colina y que fue, durante siglos, la capital administrativa del Vizcondado de Bas; y el núcleo de Hostalets d'en Bas, que tiene sus orígenes en unos hostales situados al pie del antiguo camino real que iba de Olot a Vic, y que hoy en día es una de las estampas más tradicionales de la Garrotxa.
Actualmente, Sant Esteve d'en Bas es la capital administrativa del valle. Se debe visitar la iglesia, de la que cabe destacar sus columnas y capiteles historiados.
A los pies del Puigsacalm, Joenetes es un auténtico pueblo de pesebre donde, durante las fiestas de Navidad, precisamente se representa un pesebre viviente con gran éxito. El edificio más notable es su iglesia, consagrada a Sant Romà, y documentada en el siglo XII.
Puigpardines es, posiblemente, el pueblo más pequeño y tranquilo de todos. Situado bajo un contrafuerte lleno de robles, encinas y hayas, destaca la iglesia de Santa Maria de Puigpardines, que antiguamente era un monasterio, del que se conserva todavía la antigua portada románica.
La Pinya es el pueblo situado más al norte del valle. Destaca la iglesia parroquial de Santa Maria, que data del siglo X y, en el exterior, los lavaderos públicos, los únicos en el valle y los pocos que quedan en la Garrotxa.
Finalmente, encontramos Sant Privat d'en Bas, un pequeño núcleo formado por una plaza rodeada por la iglesia y un reducido grupo de casas, y en la que se accede por un pórtico, formando un conjunto de una belleza muy singular.